viernes, 4 de enero de 2013

Autogestión y producción comunal caracterizan la UPS Jorge Eliécer Nieves


Unos kilómetros antes de llegar al poblado de Guacas, donde Apure se funde con el estado Barinas, se levanta desde hace tres años la Unidad de Producción Socialista Jorge Eliécer Nieves, que forma parte de la ciudad comunal Simón Bolívar.

Trabajo autogestionado, comunal y planificado son las características principales de este proyecto, a lo que se suma la formación de una nueva conciencia para producir en el campo venezolano.

El casco central de la unidad agroganadera se divide en una casa larga color barro. Al fondo de la edificación se ubican algunos corrales y una estructura en ejecución donde funcionará el comedor de los trabajadores; un poco más lejos, se encuentran los piletones en los cuales se crían cachamas. A un costado, en un tanque amarillo y rojo, se dejan ver las figuras de Ezequiel Zamora, Hugo Chávez, Simón Bolívar, Fidel Castro, Ernesto Guevara y Simón Rodríguez.


Sin patrón ni empleados

El calor de los Altos Apureños ha dejado paso a una brisa fresca. Amparo se acerca despacio y con una voz suave y tímida ofrece algo para tomar. Esta mujer de poco más de cincuenta años, de pelo negro y brillante, en pocos minutos sirve una limonada dulce y fría que todos comparten.

Hace tres años, el consejo comunal Jorge Eliécer Nieves puso en funcionamiento la unidad de producción. En la actualidad cuenta con 32 cabezas de ganado que producen entre 72 y 74 litros de leche diarios, 11.500 alevines de cachamas que dentro de seis meses estarán listos para su venta, además de hectáreas con siembra de arroz, yuca, frijol y maíz, y un proyecto de autoconstrucción que ya tiene sus primeros resultados: en los alrededores de Guacas, seis viviendas con tres habitaciones y espacios amplios están a punto de ser terminadas.

Willy Ríos, de 24 años, es ingeniero en producción y trabaja en la Jorge Eliécer Nieves desde que empezó a funcionar. Durante cuatro días de la semana se encarga, junto a sus compañeros, de que la UPS produzca para la propia comunidad bajo un modelo que derrumba los parámetros impuestos desde hace años por el capitalismo.

“Comenzamos a las 8:00 de la mañana y hacemos planificaciones cada 15 o 20 días a través de comisiones de trabajo”, explica este muchacho de contextura delgada, sombrero llanero y verbo contundente.

Su historia puede ser la de cualquiera de sus compañeros que decidieron apostar por un cambio profundo: “Antes trabajaba con los privados, con los capitalistas”, dice. Por estos días, Willy no tiene ni patrón ni empleados, al contrario, resalta su labor cotidiana: "lo que uno lleva en la sangre es la parte social, trabajar en comunidad, aprender y tratar de construir un modelo de producción diferente”.

“En el capitalismo lo único que se hace es dar ordenes y hacer cumplir ordenes, pero acá es más humano, no se ve la explotación, no explotas al hombre sino que conversas con él para lograr el objetivo de aumentar la producción”, afirma.

Del total de producción de leche que genera la unidad de producción , la mayor parte se vende a precios solidarios en la comunidad y el resto se comercializa, al igual que las cachamas.

Los excedentes que obtiene la empresa son aportados a la propia comunidad. Willy lo ejemplifica así: “Lo utilizamos para mejorar la calidad de vida de la calidad. Si hay un compañero que necesita el dinero para un transformador para la luz, se saca de ese excedente”.


Novedoso esquema

En la unidad productiva laboran 25 familias, cuatro días a la semana. El esquema de trabajo se decidió de esta forma para que el resto de la semana se pueda dedicar tiempo a las parcelas familiares de 50 hectáreas. Willy señala que si alguien necesita ayuda en su producción familiar, siempre hay cinco o seis compañeros dispuestos a colaborar.

Como el cambio que buscan abarca todos los niveles, en la unidad de producción no utilizan agrotóxicos ni alimentos concentrados para las cachamas. En le primer caso, el desmalezamiento es de forma manual, y en el segundo, los peces se alimentan con maíz, flores, yuca y frijoles, productos que da la propia tierra.

Al ser consultado por los salarios que reciben, Willy lo explica con términos sencillos: “Quienes trabajamos no tenemos un sueldo fijo, porque estamos tratando de construir un modelo de producción diferente, entonces no vamos a trabajar con los mismos métodos capitalista que son pagarte, pagarte, pagarte y pagarte”.

“Acá ganamos todos igual. Nuestro ingreso semanal o quincenal es lo que se vende de la leche, que se divide entre el número de socios. Entonces trabajamos para mejorar la producción de leche y en la medida en que aumenta, ganamos un poco más. A medida que mejoramos el peso de las cachamas, entonces vendemos un poco más. No es una salario fijo para cada uno, porque sino estaríamos cayendo en lo mismo: yo mando y te pago, pero esa no es la idea”, enfatiza.


Como todo lo que se define en la unidad de producción, el proyecto de autoconstrucción de viviendas no fue ajeno a las asambleas en las cuales acordaron los planes para levantar casas. “La comunidad conformó la asociación cooperativa Zamora Vive 2011 -explica Willy-. La alcaldía del municipio Pedro Camejo nos dio los materiales, pero nosotros diseñamos el plano, el sistema de distribución de aguas blancas y negras, el sistema de electricidad, y los modelos de techos y ventanas. Incluso nosotros hicimos los bloques”.

Para la construcción de las viviendas, “todo se hace aprovechando el potencial interno que existe en el consejo comunal. Tenemos personas que trabajan herrería, albañilería y electricidad. Aquí nos ahorramos el capital humano que se va para los ingenieros y así buscamos construir un mayor número de viviendas. Ya van seis casas que se entregarán a las mismas comunidades que trabajan aquí”, resume.

Willy tiene muy claras sus motivaciones a la hora de trabajar, las mismas que comparte con sus pares: “El convivir con las personas, estar asociados con los compañeros, dialogar sobre las problemáticas que existen y ver en qué se puede ayudar para solucionar algún inconveniente”.

“La convivencia siempre es buena, aunque en una asamblea podamos discutir y tener visiones diferentes. Pero después trabajamos según la planificación, y siempre nos reunimos en las tardes o los fines de semana para hacer un partidito de fútbol”, finaliza Willy, aunque acota algo fundamental: “La cancha de fútbol también fue autoconstruida”.

(Publicado el 4 de enero de 2012 en www.avn.info.ve - Fotos: Emilio Guzmán)

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