lunes, 3 de octubre de 2011

René González: un Quijote que lucha contra la maquinaria judicial de EEUU


La puerta hacia la libertad, en algunos casos y sobre todo en Estados Unidos, puede conducir hacia una cárcel encubierta que pone en riesgo a quien cumplió su condena.

Este es el caso de René González, el antiterrorista cubano que, luego de 13 años de injusta prisión en territorio norteamericano, concluirá su condena el próximo viernes, aunque la plenitud de sus derechos seguirán coartados por nuevas medidas judiciales.

Confinado en una prisión federal de la ciudad de Marianna, en el norte del estado de Florida, González fue sentenciado a 15 años por los cargos de conspiración y por no reportarse como agente extranjero mientras vivía en Estados Unidos.

Los juicios a él y a los otros cuatro antiterroristas cubanos Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo hernández y Ramón Labaniño, fueron denunciado a nivel internacional por sus irregularidades en los procesos y condenas.

Como ejemplo de esto, diez premios Nobel reclaman desde hace años la libertad de los reconocido Cinco Héroes Cubanos.


En el caso de René González, la justicia estadounidense mostró nuevamente sus mecanismos punitivos, cuando la magistrada Joan Lenard rechazó una moción de la defensa para que el antiterrorista pudiera volver a Cuba y reencontrarse con su familia.

El pedido de González apuntaba a bloquear la medida judicial que indicaba que el prisionero debía cumplir tres años más en suelo estadounidense, bajo el rótulo de “libertad supervisada”.

El abogado del antiterrorista, Philip R. Horowitz, explicó a la agencia Efe que la moción se debe a que en Estados Unidos, González carece de vínculos familiares, no posee propiedades y tampoco tiene perspectiva de trabajo cuando salga de la cárcel.

Pero el peligro más real con respecto a la situación del antiterrorista, es la posibilidad de que los grupos anticubanos afincados en el estado de La Florida puedan atacarlo o atentar contra su vida.

Las razones para estas bandas son concretas: los Cinco se encargaban de
monitorear a las agrupaciones terroristas que mantienen hasta el día de hoy planes de sabotajes y violencia contra la isla caribeña.


Aunque González y sus compañeros no atentaron contra la seguridad nacional de Estados Unidos, el brazo judicial de ese sistema no los perdonó: sentencias desmesuradas, irregularidades varias, prohibiciones para que sus familiares los visiten, sanciones dentro de las prisiones y una virulenta campaña mediática contra ellos son parte del mecanismo para mantenerlos sin libertad.

Pero quien también está detrás de este nuevo castigo contra el antiterrorista es Caroline Heck-Miller, la fiscal de la causa que impulsó que su retorno a Cuba se pospusiera por tres años más.

La funcionaria que representa a Estados Unidos es viuda de Gene Miller, un exoficial de Inteligencia militar en la guerra de Corea, anticomunista declarado y quien puso el nombre de Peter Pan a la operación que décadas atrás organizó la CIA para raptar niños cubanos, reseñó el diario Granma.

Para el investigador Jean-Guy Allard, Heck-Miller es la fiscal que insistió en llevar el caso de los Cinco a juicio, "además de ser la que negó el traslado del proceso fuera de Miami y la que desempeñó un papel clave para que los cubanos fueran condenados injustamente a largas sentencias, totalmente fuera de normas".

De "venganza política" por parte de EEUU calificó el canciller cubano Bruno Rodríguez la decisión judicial contra González convertida en "un castigo adicional".

Nacido en agosto de 1956 en Chicago, Estados Unidos, René González, regresó a Cuba junto a sus padres cubanos en 1961, cuando éstos decidieron apoyar la Revolución que dos años antes había encabezado Fidel Castro.

Miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) desde 1970 y desde 1990 integrante del Partido Comunista de Cuba (PCC), fue profesor de Física, conductor de tanques y piloto de aviación.

González pasó varios años en misiones internacionalistas, principalmente en Angola y a su regreso a Cuba en 1979, el gobierno revolucionario lo condecoró con la medalla Combatiente Internacionalista.

Para finales de 1990, partió hacia Estados Unidos, donde accedió a diferentes organizaciones contrarrevolucionarias, mientras sostenía una vida austera y trabajaba como instructor de pilotos.

Quienes conocen a René González no dudan en afirmar que es una persona de una dignidad férrea, de gran sensibilidad humana y que el nuevo castigo a dónde lo quieren arrastrar se debe a que en ningún momento mostró arrepentimiento por la tarea que realizaba en Miami.

Y que sus convicciones tienen la misma templanza que la de sus otros compañeros en injusto cautiverio.


(Publicado en Agencia Venezolana de Noticias - 3 de octubre de 2011 - www.avn.info.ve)

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