martes, 13 de septiembre de 2011

Mumia Abu Jamal y la voz de la libertad


Mumia Abu-Jamal logró tumbar los muros que lo separaban de la libertad a fuerza de artículos periodísticos y análisis detallados del sistema carcelario estadounidense, donde el persistente racismo contra negros y latinos se profundiza con el paso del tiempo.

Periodista, activista político y ex miembro de la histórica organización Panteras Negras, Abu-Jamal presenta una sistematización de esos hechos en el libro Desde la galería de la muerte, editado por Monte Ávila en 2009.

Las descripciones de los días monótonos tras las rejas, las historias de vida de presos condenados a muerte y las referencias históricas del sistema judicial estadounidense que ataca de forma permanente a las minorías, son los ejes centrales de sus artículos.

Condenado a muerte por el supuesto asesinato del policía Daniel Faulkner en 1982, la causa contra Abu-Jamal estuvo plagada de irregularidades y todavía hoy es denunciada a nivel internacional.


No puede concebirse Desde la galería de la muerte solo como un libro autoreferencial o biográfico. Sus textos transmiten un ambiente denso y oscuro, pero esperanzador, principalmente por los llamados de Abu-Jamal a cambiar de fondo a la sociedad estadounidense.

Las historias de sus compañeros de celda son los fragmentos más interesantes del libro: hombres muertos en vida esperando una orden que termine con sus días.

Como bien explica el autor, para los prisioneros la muerte es “una formalidad a la que ya se han hecho a la idea, gracias a la cual el Estado puede concluir su premeditado drama matando por segunda vez al ya muerto”.


Las vidas descarnadas dentro del presidio son relatadas, con una calidad digna de los grandes maestros de la literatura estadounidense, para demostrar que los sistemas judiciales y penitenciarios de Norteamerica funcionan como mecanismo punitivo de ideologías, rebeldías o, simplemente, de errores.

Así lo demuestra la historia de Harry Washington, condenado a muerte y sometido a un total aislamiento. Como si la tortura cotidiana no fuera suficiente, Washington es sometido a “un tratamiento psiquiátrico cuya única finalidad es sumir a los enfermos en un estado de coma, servido por carceleros y funcionarios hostiles y claramente racistas... Si se añade a esto el peso de sentirse separado de los lazos familiares, se tienen todas las papeletas para conseguir un estado mental en creciente deterioro, una degradación humana pensada y diseñada por el Estado, con pleno conocimiento de sus efectos”.

Y en este punto es donde Mumia Abu-Jamal aporta los análisis más importantes cuando revela que el sometimiento contra los presos no son “errores” o “abusos” del sistema político estadounidense, sino que forman parte neural de su funcionamiento capitalista.

Desde las estructuras gubernamentales más altas hasta el día a día detrás de las rejas, Abu-Jamal desentraña hasta los más mínimos indicios de opresión, como lo describe en este fragmento: “Aquí uno tiene poca o ninguna vida espiritual. Aquí muchos escapan al fantasma omnipresente de la muerte sólo por medio de diversiones comunes, de la televisión, la radio o los deportes. Se permiten los aparatos de televisión, pero no las máquinas de escribir: uno puede desperdiciar sus energías en esa clase de entretenimientos, pero una herramienta esencial para conseguir la liberación a través de un procedimiento judicial se considera un riesgo para la seguridad”.

Desde la galería de la muerte fue criticado y boicoteado por los círculos de poder estadounidenses, algo que no pudieron lograr porque las palabras de Mumia Abu-Jamal tienen la fuerza del viento que no respeta rejas y opresiones.

(Septiembre de 2011 - www.avn.info.ve)

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