martes, 14 de junio de 2011

Che: pensamientos e imágenes en revolución


En un viaje de palabras, ideas e imágenes podría resumirse el libro “Che, desde la memoria. Los dejo ahora conmigo mismo: el que fui”, editado por Ocean Sur y los Centros de Estudios Che Guevara y Pablo de la Torriente Brau en 2004.

Un viaje donde los escritos del guerrillero argentino-cubano son acompañados por una extensa serie de fotos que va desde su infancia en familia, con las sierras cordobesas de fondo, hasta una imagen final, junto a su esposa Aleida March, ya “transformado” en otra persona, que iniciará el trayecto a Bolivia, donde caerá combatiendo y buscando, de forma encarnizada, un mundo nuevo y más justo.

Dividido en 15 capítulos, en los que el poeta y director cinematográfico cubano Víctor Casaus esboza una introducción de las etapas que se abordan, los textos demuestran la coherencia humanista de Ernesto Guevara, desde su primer viaje por Argentina, descubriendo la realidad profunda del norte del país, que luego se profundizará en sus dos viajes posteriores por América Latina.


El humanismo del Che -resumido en su pronunciamiento de “endurecerse, pero sin perder la ternura jamás”- se observa también en las cartas enviadas a su compañero Camilo Cienfuegos o en la correspondencia mutua con el poeta León Felipe, hasta los análisis recogidos en el diario de Bolivia.

Apasionado, observador atento de las realidades, sincero, con una rigidez crítica y autocrítica que hasta en los mínimos detalles, en Che, desde la memoria... quedan plasmadas esas características de Guevara, los caminos del continente recorridos en busca de una identidad y las definiciones que tomaría para el resto de sus días: la lucha contra el imperialismo, la aplicación sin dogmas del socialismo y la formación de la conciencia como motor de la liberación de los pueblos.

En uno de los pasajes más interesantes del libro aparecen las entrevistas que le realizara en Sierra Maestra el periodista argentino Jorge Ricardo Masetti, y otra efectuada por Radio Rivadavia de Argentina, luego del triunfo de la revolución en enero de 1959.

Otro capítulo central es la recopilación de las fotografías tomadas por Guevara, desde sus dos viajes por América Latina -que lo llevaron a Chile, Perú, Guatemala, Honduras y México-, hasta las logradas en pleno proceso revolucionario en centro de trabajos y movilizaciones, como así también las que retratan sus viajes a India y China.


"Como en todo testimonio verdadero -analiza Casaus en el prólogo-, en los textos de este libro alientan los rasgos de su autor. De ahí que lo encontremos en sus páginas como lector y como fotógrafo, como amigo y como estudioso de la historia, de las gentes, de la vida. La ironía y el humor, la crítica y la firmeza, la sinceridad y el autoexamen exigente conviven en la palabra de Che testimoniante".

Todo esto se refleja en sus crónicas, análisis, en las escuetas misivas que muestran el cariño hacia sus hijos mientras combatía en África o en la mínimas cartas a sus padre, ya enfrascado en la guerra revolucionaria cubana, donde sólo les pedía: “confíen en que Dios sea argentino”.

Economía, cultura, marxismo, críticas de libros y artículos firmados como El francotirador, mientras combatían en Sierra Maestra, donde explica el accionar de Estados Unidos en la historia de Cuba, son los temas que repasa de forma permanente Guevara.

La verdad ajustada como un guante, reclamaba el Che en una de su cartas, como también reafirmaba su postura revolucionaria al contestar a un grupo de periodistas: “Considero que tengo una misión que cumplir en el mundo, en aras de la cual debo sacrificar todo, los placeres corrientes, el hogar, la seguridad personal y quizás la propia vida. Éste es mi compromiso, del cual no puedo desligarme hasta el fin de mi vida”.

(Publicado el 14 de junio de 2011 en www.avn.info.ve)

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