martes, 1 de febrero de 2011

Soledad Brother's: desde la cárcel a los Panteras Negras


Poder negro y revolución. La relación con sus padres y la formación política dentro del presidio. El dolor de la segregación y la conciencia política como forma de liberación. El castigo carcelario y la redención en las protestas sociales que marcaron una época.

Estas son las líneas que transita el libro Soledad Brother"s, editado por El perro y la rana en 2008, una recopilación de las cartas de George Jackson sobre las luchas contra el racismo y la necesidad de un nuevo poder en Estados Unidos.

Con una introducción del escritor y dramaturgo francés Jean Genet y el prefacio del español Oscar Caballeros, quien detalla las luchas de los pueblos negros estadounidenses desde 1800, las cartas de Jackson no escatiman en análisis y opiniones sobre cuestiones que aún siguen vigentes: el racismo en la gran potencia del norte que todavía aparece con fuerza de la mano del Tea Party y sus discursos antiimigrantes, o en la discriminación tras el huracán Katrina en estados pobres como Misisipi.


Soledad Brother"s recoge un relato autobiográfico y la correspondencia entre 1964 y 1970 de Jackson, un año antes de que fuera asesinado en la prisión.

Escrito al calor de las fuertes luchas sociales en Estados Unidos, con la guerra de Vietnam de transfondo y el crecimiento del partido Panteras Negras, Jackson no duda en expresar que si “un negro nacido en EEUU tiene la suerte de sobrepasar los 18 años, está condicionado a considerar la prisión como un hecho inevitable de su vida. Para la mayoría de nosotros, la prisión no es sino otro eslabón en la cadena de humillaciones”.

En una carta dirigida a su madre, fechada en marzo de 1965, escribía: “¿Alguna vez te has preguntado cómo tú, o yo, y toda nuestra clase, hemos perdido tan rápido nuestra identidad"”.

La respuesta Jackson la encontraba en la alienación planificada por el poder y en el trato de esclavos que siempre recibió la comunidad negra en Estados Unidos.

Esta denuncia de la crueldad del sistema penal estadounidense, sin ser una repetición de lamentos sobre la situación que vivía, se convierte en la radiografía de un sistema que se forjó a base de segregación, explotación y persecución a la dirigencia heterodoxa y rebelde.

Lector incasable, pensador lúcido y joven de ideas duras que apoyaba con la práctica, Jackson comparte la sana desesperación de romper con el imperio, que años antes enarboló Malcom X, y que a ambos les costó la vida.

(Publicado en www.avn.info.ve)

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