lunes, 8 de noviembre de 2010

Bukowski y las clases sociales ocultas de Estados Unidos


Cuando leí por primera vez “Escritos de un viejo indecente” de Charles Bukowski descubrí con asombro a uno de los grandes escritores estadounidenses. Con un lenguaje claro y directo, sin vueltas y grandilocuencias, Bukowski mostraba en ese libro lo descarnado del sistema norteamericano y revelaba los suburbios de la gran potencia que se sigue vendiendo como “ejemplo” de primer mundo.

El tan conocido American Way of Life era destruido con trompadas literarias por ese hombre que retrataba las bajezas a las que son sometidas las clases sociales más humildes y desprotegidas de Estados Unidos.

Respetando las enseñanzas de sus maestros, como Ernest Hemingway, no utilizaba en sus escritos análisis profundos dignos de sociólogos o intelectuales, sino que estampaba descripciones donde él participaba como protagonista principal, con las miserias y los aciertos a los que era arrastrado.

Descarnadas, procaces, enfermas, alcohólicas, denigrantes eran las palabras con que Bukowski retrataba su vida y su entorno. Ni épica, ni historia complacientes: en “Escritos de un viejo indecente” los relatos incomodan, dan rabia y asco, se unen por temas comunes donde la prostitución, el desempleo, el hambre, la lujuria y los ambientes densos se conjugan para regalar a los desprevenidos lectores un escenario siempre oculto tras las pantallas de los mass medias.


Pero tal vez donde el funcionamiento del sistema estadounidense queda más en evidencia es en su primera novela: “Cartero”, la historia del escritor dentro del sistema postal, la explotación llana y profunda de los trabajadores hasta en los más mínimas situaciones y las consecuencias en la carne de su alter ego, Henry Chinaski, que renuncia agotado y se deja llevar por la marea de las carreras de caballos y el alcohol para, quebrado y cercado por las “responsabilidades”, decide volver al correo donde lo espera la repetición de sus días pasados con jefes cancerberos que, tan explotados como los trabajadores, asumen la postura de amos y señores sobre sus empleados.

Rechazado por muchos y denigrado por los defensores de la “corrección literaria”, las novelas y escritos de Bukowski que muestran a la nación del norte en las décadas del 50 y 60, sacan a la luz un sistema imperfecto, donde la pobreza y sus consecuencias son moneda corriente.

Entrar a sus libros es conocer en profundidad, desde la literatura, los resultados de un país que desde hace tres décadas impone en el mundo un sistema político y económico que deja pobres, hambrientos y hombres y mujeres asediados por una vida irreal.     

Caracas, 7 de noviembre de 2010

1 comentario:

  1. Qué bueno Lea!
    Ya me olvidé los años que pasaron de la última vez que leí a este escritor. Ya me lo anoto como lectura (de esas que uno deja para cuando haya más tiempo)
    Muy bueno el blog, me gusta como crece, suigue e invita la lectura...

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