martes, 21 de septiembre de 2010

Humberto Constantini, un escritor que nunca deja volver



Hablar de Humberto Constantini es referirse a una generación que eligió, en este caso, la pluma y el fusil, la revolución y la humanidad para llevar adelante la vida. Hablar de Constantini es remitirse a Rodolfo Walsh, Haroldo Conti, Francisco Urondo y Roberto Santoro, por nombrar sólo algunos. Cuando ellos aparecen desde sus historias, sus libros y sus heroísmos es imposible no detenerse a pensar en los dolores del país y sus miserias actuales. Pero también, cuando esa generación asoma se tiene la certeza que se puede y que lo único que se deben romper son las cadenas.
  
Militante del PRT-ERP, Constantini nació el 8 de abril de 1924 en Buenos Aires. Hijo único de inmigrantes judíos italianos, sus días transcurrieron en el barrio de Villa Pueyrredon. Egresado en la carrera de veterinaria, este oficio no fue el único en su vida: ceramista, investigador y vendedor fueron sus labores mientras escribía y corregía con una disciplina y “atornillado a la silla”, como a él le gustaba decir. Casado con Nela Nur, tuvieron tres hijos y su primer libro de cuentos, “De por aquí nomás”, se publicó en 1958.

Coherente a la generación del ’70, el motor que lo impulsó a la militancia revolucionaria fue la figura de Ernesto Guevara y la Revolución Cubana. Anteriormente, había integrado el Partido Comunista, del que se alejó por las divergencias que mantenía con la conducción prosoviética.

Cuando el país cayó bajo el férreo mecanismo represivo de la dictadura militar de 1976, Constantini se exilió en México a regañadientes. En el país azteca continúo aferrado a la literatura y también llevó adelante una serie de programas de radio. El 16 de enero de 1984 regresó a Buenos Aires, luego de un exilio de 7 años, 7 meses y 7 días. El 7 de junio de 1987, una enfermedad lo venció. Los que lo conocieron, aseguran que Constantini estuvo escribiendo hasta la última noche de su vida. A veinte años de su fallecimiento, y con la gran imposibilidad de encontrar su basta obra en librerías, Editorial Los cuatro indiecitos, publica “Cuestiones con Constantini”, no sólo para rescatar una parte importante de su narrativa, sino también para romper el silencio que el negocio editorial impone a escritores de este tipo.

En este volumen se puede encontrar cuentos pertenecientes a los libros “De por aquí nomás” (1958), “3 Monólogos” (1964), “Una vieja historia de caminante” (1967), “Bandeo” (1975) y “En la noche” (1985). Cada uno de los relatos está separado por un poesía del propio Constantini y por las ilustraciones y dibujos de Luis Scafati, Pedro Gaeta y Oscar Smoje.

Este proyecto nació de la mano de Enrique “Indio” Zabala, que integra el Centro Cultural Enrique Santos Discépolo. “En el Discepolo, los viernes repartíamos poesías de distintos autores argentinos y dijimos de hacer un homenaje a algún escritor –recuerda-. Entonces elegimos a Constantini, porque el historiador Norberto Galasso trajo una poesía que se titula ‘Yanquis hijos de puta’. La poesía lleva ese título sutil como consecuencia de la invasión de Estados Unidos en 1965 a Santo Domingo. El poeta Roberto Santoro, que hacía unos cuadernos que se denominaban ‘Informes’, sacó el número cuatro que se llamaba ‘Informe sobre Santo Domingo’, e invitaba a distintos autores a participar y ahí Constantini escribe esta poesía que es maravillosa. A mí me impacta este poema y armamos el homenaje. Me contacté con su esposa, Nela, y ahí se entabló una amistad que dura hasta hoy. Hace dos o tres años, Nela me llamó y me dijo que no se quería morir sin antes hacerle un homenaje a Cacho”.

En el transcurso de ideas y posibilidades, la publicación de un libro que reuniera parte de la obra de Constantini tuvo como mayor inconveniente la negativa de las editoriales. Zabala relata que “pasamos por distintas editoriales, que nos decían que sí, pero que volvamos después, todo boludeo y chantada, idas y vueltas, y así pasó casi un año dando vueltas el libro”.

Frente a estas respuestas, el proyecto decantó en su elaboración propia. Zabala explica que luego de recibir la aprobación de la viuda de Constantini, “me junté con unos amigos capitalistas del barrio (risas) y les dije que había que hacer un obra de absoluta filantropía, acá hay amor al hombre nada más, no hay devolución de guita. Entre todos pusimos algo de plata y se nos ocurrió hacer los cuentos más representativos de Constantini con poesías como separadores. Además, agregamos como apéndice ‘El libro de Trelew’, que es bastante desconocido”.

Cuando el 22 de agosto de 1972, la dictadura encabezada por Alejandro Lanusse fusila a un grupo de guerrillero en la Base Almirante Zar en la provincia de Chubut, las respuestas a esa agresión indiscriminada tomaron diferentes formas: protestas en las calles, denuncias presentadas a la justicia y una laboral periodística para romper el cerco que impusieron los grandes medios de difusión. En el caso de Constantini, fue la elaboración de “El libro de Trelew”, obra casi desconocida hasta ahora y que aparece como apéndice en el libro.  “Cuando se produce la Masacre de Trelew, un año después Constantini escribe este libro donde informa en una primera y segunda parte –dice Zabala-. Es una investigación periodística, tipo ‘Operación Masacre’ de Rodolfo Walsh. Es un trabajo absolutamente desconocido. Era un librito chiquito, que tuvo que ser escondido y esa edición prácticamente se perdió. Nos pareció piola incluirlo, no sólo para difundir la obra de este autor sino para concientizar a los lectores respecto de nuestra historia”.

En “Cuestiones con Constantini” los cuentos recopilados recuperan la fuerza de la denuncia al Terrorismo de Estado -como en “En la noche” y “Fin de semana”-, pero sin dejar de lado las historias humanas y con personajes que no se construyen solamente con melancolía y tristeza, sino con la vitalidad de los que intentan cambiar el mundo. En otros relatos -como “El cielo entre los durmientes” e “Insai derecho”- se muestra la adolescencia y el pueblo con sus tiempos de siestas y silencios, o el mundo del fútbol que en esos tiempos ya dejaba caer a sus ídolos en el olvido.

Pero sobre todo, en este libro aparece el propio Constantini, que otra vez retorna del exilio en el que se lo intentó congelar junto a su literatura.

(Diciembre-2007, publicado en agencia Nodo Sur)

1 comentario:

  1. Qué bueno, qué alegría da saber que hay aun quienes buscan no cederle espacios al olvido.
    "El libro de Trelew" era un título deconocido para mi. Creo, sin haberlo leido aún, este sea tan útil como Operación Masacre, para trabajarlo con los alumnos y alumnas de la escuela secundaria. Más aún para quienes como yo, somos pergaminenses y contamos con conciudadanos caídos en Trelew

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