martes, 11 de septiembre de 2012

Neoliberalismo retomó prácticas feudales para explotar a los pueblos


Si a mediados del siglo XIX, con las revoluciones en Francia e Inglaterra, los últimos resabios del feudalismo quedaban aplastados por el movimiento burgués que, a su vez, daba nacimiento al sistema capitalista, dos siglos después, el neoliberalismo retomó las prácticas más retrógradas del absolutismo europeo para disgregarlo por todo el planeta.

Esta idea es una de las que desarrolla el mexicano Jorge Veraza en su libro Del reencuentro de Marx con América Latina. En la época de la degradación civilizatoria mundial, obra galardonada con el premio Libertador al Pensamiento Crítico 2011.

En diálogo con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), el licenciado en Economía y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México, explica que tanto en el feudalismo como en el neoliberalismo -una de las fases más radicales del capitalismo-, "hay amos y esclavos".

Si bajo la égida del sistema feudal, el rey, a través de un gobierno absolutista, mantenía el control y los métodos de explotación, en el siglo XX esa fórmula se convirtió en "patrón capitalista" contra clase obrera industrializada.

Veraza señala que "lo interesante es que el neoliberalismo, a doscientos cincuenta años de aquello" no sólo explota a la clase obrera, "sino que procede a despojar" a los países y los pueblos.

Para el escritor, el "despojo" es la herramienta fundamental del neoliberalismo, que arrebata grandes riquezas a través de la "sobreexplotación de la fuerza de trabajo".


Florecer en América Latina

"América Latina es el lugar donde el marxismo se desarrolla por todos lados", expresa Veraza sobre un pensamiento político que viene transitando el siglo XXI con nuevas interpretaciones y aplicaciones.

El profesor mexicano manifiesta que la teoría económica y política diseñada por Carlos Marx y Federico Engels vive "un florecimiento múltiple en todos los países", estén gobernados por la derecha o por la izquierda.

En estos últimos, Veraza explica que los propios pueblos reclaman a los intelectuales que definan sus posiciones, en especial a los marxistas a quienes demandan "profundizar sus ideas".

Para el escritor, otro punto importante es que los viejos sectarismos de las izquierdas latinoamericanas van quedando de lado y, pese a las posturas diversas, se ha alcanzando la unidad en torno al marxismo.

La crisis financiera a nivel mundial desatada en 2007 se ha convertido también en la pólvora seca para que el pensamiento de Marx encienda el fuego porque, resalta Veraza, "algo que parecía enterrado, se levanta entre los muertos y dice aquí estoy".


Una historia de explotación

La historia del desarrollo capitalista es la historia de la explotación de la clase obrera por parte de los poderosos. De esta forma, Veraza resume lo que denomina "la columna vertebral" del capital desde el siglo XIX a la actualidad.

El gran aporte de Marx, para el escritor, es la creación de "un pensamiento dialéctico", que descubre esos mecanismos y las contradicciones de la sociedad burguesa, "construida sobre la base del valor y del plusvalor que se le explota al obrero".

Aunque la revolución industrial impulsó supuestas ventajas para las sociedades modernas, sus ideas fuerzas se contradicen con las necesidades básicas y reales del ser humano para vivir.

"Hay una continua contradicción entre lo que los hombres necesitan y lo que el capital necesita, que necesita más ganancia, más plusvalor", detalla Veraza, en contraposición a la satisfacción de los deseos, necesidades y sueños de las personas.

"Marx no vivió una capitalismo diferente al nuestro, sino que hay una línea continua" que perdura hasta nuestros días, resume el intelectual mexicano.

(Publicado el 11 de septiembre de 2012 - www.avn.info.ve)

No hay comentarios:

Publicar un comentario