viernes, 23 de enero de 2015

¿Quiénes comandan al Estado Islámico?


La obtención de los recursos energéticos, el control geopolítico, la destrucción de los últimos gobiernos nacionalistas y díscolos a Washington, la preocupación creciente del avance de la guerrilla de izquierda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la desestabilización y el terror como forma de hacer política, conforman el actual panorama de Medio Oriente, atravesado nuevamente por los bombardeos de Estados Unidos sobre Irak y Siria.

Desde hace cuatro años, la Casa Blanca comenzó la reconfiguración de una región que siempre consideró estratégica. Bajo el manto de la “Primavera árabe”, Washington inició una política de dualidad, en la que profundizó su enfrentamiento contra los gobiernos de Irán y Siria, mientras buscó poner paños fríos en las naciones aliadas que vivieron (y viven todavía) revueltas populares, como los casos de Egipto, Yemén y Bahrein.

El nuevo factor de desestabilización en Medio Oriente ahora se denomina Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), organización terrorista conformada por mercenarios y que levanta las banderas del Islam más ortodoxo. Su avance sobre el norte de Irak y Siria, dejando miles de muertos, confirma el doble discurso estadounidense. En Siria, organizaciones similares al EIIL todavía son financiadas y protegidas por Washington y sus aliados; en Irak, el gobierno de Barack Obama decidió “combatir” al Estado Islámico con una lluvia de bombardeos que también caen sobre territorio sirio.

El EIIL se convirtió en el “enemigo útil” de Estados Unidos, hecho que se repite a lo largo de la historia de la principal potencia mundial. Los gobiernos de Rusia, Siria e Irán vienen denunciando las fluidas relaciones entre el Estado Islámico y Washington. Esta situación ya fue constatada en diversas investigaciones, tanto de grandes medios de comunicación como de medios alternativos. Una lectura diaria de noticias en las cadenas HispanTV, Russia Today o Al Manar muestra que Estados Unidos, las monarquías del Golfo Pérsico, Turquía y las potencias europeas son los financistas del EIIL. Y ese dinero inyectado al Estado Islámico es el responsable de la violación masiva de mujeres y los asesinatos masivos que perpetran los mercenarios que Estados Unidos dice combatir.


El Califa

Detrás del senador estadounidense John McCain, con los ojos entrecerrados por el sol, Abu Bakr Al Baghdadi – o el ahora conocido Califa Ibrahim -, se mantiene en un segundo plano de la foto. En otra imagen, ya con los ojos bien abiertos, Al Baghadadi es parte de la comitiva que recibe al ex candidato presidencial de Estados Unidos. McCain, miembro del partido Republicano, el año pasado viajó de forma ilegal a Siria y mantuvo reuniones con jefes e integrantes de grupos terroristas como el Frente Al Nusra y el Ejército Libre Sirio (ELS). En la última foto difundida, Al Baghadadi, que por estos días comanda con mano de hierro al Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), escucha atentamente las palabras del senador. Una oficina iluminada, con cómodos sillones, es el lugar de encuentro de los jefes terroristas con el ex candidato, ocurrido en mayo de 2013. Más allá de cierta conmoción mediática, el hecho de que un representante de Washington ingresara a un país de forma clandestina para entrevistarse con terroristas no generó demasiada condena internacional. El senador McCain continúa ejerciendo su puesto en el Parlamento estadounidense y operando juntos a los terroristas de Medio Oriente.

Por ese entonces, Al Baghdadi, que ostentaba su verdadero nombre Ibrahim Al Badri, figuraba desde de 2011 en la lista de los cinco terroristas más buscados por la justicia estadounidense (Rewards for Justice). Según lo detalla el investigador Thierry Meyssan, a partir del 5 de octubre de 2011 Al Badri también había sido incluido en la lista del Comité de Sanciones de Naciones Unidas por ser integrante de Al Qaeda. Meyssan agrega que un mes antes del encuentro con el senador republicano, Al Badri ya había conformado el EIIL, mientras continuaba siendo “miembro del estado mayor del ‘moderado’ Ejército Sirio Libre”. En ese momento, el ahora autoproclamado Califa se responsabilizó por el ataque contra las cárceles de Taj y Abu Graib, en Irak, hecho en el que se fugaron entre 500 y 1000 yihadistas que se unieron al EIIL.

Al Baghdadi, considerado el hombre más peligroso del mundo, está doctorado en estudios islámicos por la Universidad de Bagdad. Nacido en Samarra en 1977, el Califa se unió a grupos yihadistas en 2003, luego de la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003. Un año después, fue capturado y estuvo 11 meses prisionero en el centro de detención Camp Bucca, controlado por las fuerzas estadounidenses. Liberado en 2004, y luego de establecer relaciones con ex militares que respondían a Saddam Hussein, Al Baghdadi se enroló en Al Qaeda y comenzó la creación del Estado Islámico. La unión entre ambas organizaciones se rompió cuando el Califa cuestionó Aymán Al Zawahirí, líder de Al Qaeda y sucesor de Osama Bin Laden.

Al Baghdadi asumió el control del EIIL en abril de 2010 y el 29 de junio de 2014 se autoproclamó Califa, denominación que se le otorga al monarca absoluto del Estado Islámico. A principios de julio de 2014, el ex miembro de Al Qaeda realizó su primera aparición pública en la Gran Mezquita de Mosul, ciudad iraquí tomada por los mercenarios del EIIL. Ataviado de con ropa negra y ostentando una larga barba, Al Baghdadi llamó a sus seguidores a implementar la Sharia (Ley islámica) y a combatir a los enemigos de Alá. Esos enemigos, para el EIIL, son tanto los cristianos, yezadíes y kurdos, como también los árabes de Siria y los iraníes que rechazan la interpretación del islam que impulsa el Califa.

Los interrogantes sobre Al Baghdadi se acrecentaron cuando el ex integrante de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA), Edward Snowden, reveló los servicios de inteligencia británicos y estadounidense, junto al Mossad israelí, trabajaron juntos para crear el EIIL. Según documentos filtrados, Al Baghdadi recibió entrenamiento militar durante un año por parte del Mossad, además de cursos de teología y el arte de la palabra. También se difundió que la verdadera identidad del Califa es Elliot Shimon y se desempeña como agente de la inteligencia israelí.


El pelirrojo

El “yihadista pelirrojo” es el alias que le endilgan los medios de comunicación. Omar Al Shishani es uno de los principales comandantes del EIIL y en las últimas semanas sus fotos se difundieron profusamente. Sus características sobresalientes son una frondosa barba roja que resalta su piel blanca y, por lo escuchado hasta ahora, su capacidad en estrategia militar. Entre sus “galardones” se encuentran la organización de la toma de la ciudad iraquí de Mosul en junio pasado y los ataques a varias bases castrenses en los alrededores de la ciudad de Aleppo, en el norte de Siria.

Nacido en Georgia bajo el nombre de Tarkhan Batirashvili, hijo de madre musulmana y padre cristiano, el comandante pelirrojo del EIIL se pasea rodeado de guardaespaldas que portan los clásicos fusiles AK47. Desde el avance del Estado Islámico sobre Irak, Al Shishani –un ex sargento de la inteligencia georgiana-, fue apareciendo cada vez más e imponiéndose como uno de los líderes de la organización que busca implementar un Califato en Medio Oriente. Hasta su ingreso al EIIL, el comandante pelirrojo lideraba la milicia Jaish Al Muhajirin Wal Ansar, compuesta por ciudadanos del Cáucaso Norte y que operaba en Chechenia. Se calcula que la milicia de Al Shishani estaba compuesta por unos 3.000 mercenarios provenientes del Cáucaso Norte, Crimea y Ucrania, además de algunos ciudadanos árabes. En una entrevista concedida al portal Beladusham, Al Shishani confirmó que el EIIL recibió financiamiento del líder del Emirato del Cáucaso, Doku Umarov, uno de los terroristas más buscados por Rusia.

La escasa información dispersa sobre Al Shishani señala que ingresó al Ejército georgiano para cumplir el servicio militar entre 2006 y 2007, y en 2008 participó en los combates de la guerra ruso-georgiana, por lo cual fue ascendido a sargento. Abandonó las Fuerzas Armadas luego de sufrir tuberculosis, enfermedad que le permitió salir de prisión sin cumplir su condena, en la que estuvo 16 meses presos por portación ilegal de armas.

Nuevamente en libertad, el comandante del EIIL pasó por Egipto y Turquía, y finalmente llegó a Siria para encabezar los planes de desestabilización contra el gobierno del presidente Bashar Al Assad.

Se estima que Al Shishani es uno de los lugartenientes fundamentales de Al Baghadadi y su capacidad de influencia dentro del Estado Islámico crece día a día. Medios internacionales citaron una entrevista al comandante pelirrojo en la cual asegura que sus motivaciones para el combate es debilitar a “un país amigo de Rusia”, en referencia a Siria. Al Shishani también afirmó que su odio hacia Estados Unidos se debe a que es un país “enemigo de Alá”. Su crudeza militar contra las poblaciones de Siria e Irak le valió ingresar en la lista de 14 yihadistas y jefes terroristas más buscados por Estados Unidos.


El segundo y los demás

Quienes también aparecen en la lista difundida por Estados Unidos se encuentran Tariq Al Harzi, segundo jefe del EI, y Amru Al Absi, quien a mediados de julio el Estado Islámico nombró líder en la provincia siria de Homs, cuya capital es la tercera ciudad en importancia en la nación árabe.

Al Harzi, de origen tunecino, es acusado de planear cientos de ataques suicidas en todo el mundo y organizar  el ataque contra el personal de Naciones Unidas en Líbano. El segundo del Califa, con apenas 32 años, tiene la virtud de las buenas relaciones, ya que recaudó dos millones de dólares en donaciones de patrocinadores provenientes de Qatar, hecho que confirma la relación intrínseca entre la monarquía del Golfo Pérsico con el EIIL.

Por su parte, Al Absi es imputado de organizar secuestros en la ciudad siria de Aleppo, una de las más afectadas por las masacres y atentados cometidos por el Estado Islámico, como también por el Frente Al Nusra.

Otros de los terroristas que operan junto al EI son Entre Salim Benghalem, un ciudadano francés condenado a muerte que realiza “ejecuciones” en Siria; Lavdrim Muhaxheri, un albanés de Kosovo que publicó imágenes de sus decapitaciones; y Murad Margoshvili, un compañero checheno de Shishani que creó una base de entrenamientos terrorista cerca de la frontera con Turquía.
Según una investigación de Ana Sánchez Resalt, publicada en el portal Observatorio Eurasia,  Margoshvili integró las fuerzas aéreas de defensa de la entonces Unión Soviética (URRS) en Mongolia. Al desintegrarse la URRS, Murad se trasladó a Chechenia y en 1995 se unió a las milicias de Al Khattab, compuesta por muyahidines extranjeros, mayoritariamente árabes. En 2003, Margoshvili fue capturado el Ejército ruso y encarcelado durante dos años y medio. Para 2008, el miembro del EIIL organizó un grupo de milicianos en Daguestán y en 2012 llegó a Siria, donde creó Jund Al–Sham, vinculado al Frente Al Nusra. En la investigación, Sánchez Resalt señaló que Margoshvili está “conectado con varios atentados ocurridos en Osetia del Norte, en Mozdok”.

La participación de extranjeros en el EIIL, tanto en Siria como Irak, es una verdad que desde hace cuatro años se conoce. Sobre este método, denunciado en el seno de la ONU en varias oportunidades, se conoció una nueva confirmación difundida por el diario inglés Mirror. El periódico afirmó que la británica Samantha Lewthwaite, apodada “la viuda blanca”, entrena a mujeres del Estado Islámico. Hija de un ex soldado británico, Lewthwaite brinda sus conocimientos para perpetrar actos terroristas y enseña técnicas de comunicación. El Mirror agregó que se sospecha que la mujer habría estado involucrada en la decapitación de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff, y del miembro de la Fuerza Aérea británica David Haines.


Lewthwaite se casó con Jermaine Lindsay, uno de los terroristas de los atentados del 7 de julio de 2005 en el metro de Londres, que dejó un saldo de al menos 52 personas muertas y cientos de heridos. En 2011, la policía de Kenia realizó un operativo en un departamento alquilado por la mujer, en la cual se encontraron explosivos similares a los utilizados durante el ataque al metro de Londres. La británica está considerada como la instigadora de la masacre perpetrada por el grupo Al Shabab en el centro comercial Westgate de Nairobi, capital de Kenia, donde fallecieron al menos 72 personas. Aunque no se conoce con exactitud la cantidad de británicos que integran el EIIL, se estima que entre 500 y 1000 ciudadanos ingleses actúan como mercenarios en Siria e Irak.

(Publicado en www.resumenlatinoamericano.org y www.marcha.org.ar - 8 de octubre de 2014)

¿Qué se juega en Kobane?


Las regiones de Kobane, Jazire y Afrin -en el norte de Siria- se convirtieron en un tablero en el que las pujas por el control político y económico se exacerban a cada minuto. Si bien los combates son entre el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (EI) y las fuerzas guerrilleras kurdas (YPG/YPJ, integrantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán -PKK-), lejos están de ser los únicos actores del conflicto.

Las tres ciudades en las que viven kurdos, yezadíes, asirios y otros minorías reciben el fuego del EI, que busca desarticular las conquistas del PKK junto a los pobladores, en un hecho inédito para Medio Oriente: el nacimiento de una nueva de organización social y política con una posición de izquierda, surgida luego de más de tres décadas de lucha insurgente y a casi cuatro años del comienzo del conflicto interno en Siria.

El PKK, con sus organizaciones legales respaldadas por la guerrilla, lleva adelante un nuevo modelo de sociedad, regida por la democracia directa, las asambleas populares, el respeto a la diversidad de las diferentes nacionalidades que habitan Medio Oriente, la defensa del medio ambiente y el empoderamiento de las mujeres como factor determinante en la liberación. Sobre este último punto, el ejemplo concreto es la propia resistencia de la insurgencia en Kobane, encabezada por las comandantes y guerrilleras del PKK que enfrentan al Estado Islámico.

El confederalismo democrático, ideología que rige al PKK, no está siendo defendido solamente en el terreno a través de las armas. Pocas semanas atrás, los pueblos de Kobane, Jazire y Afrin dieron a conocer su Constitución, texto que defiende la pluralidad en Medio Oriente y traza las líneas generales de una nueva forma organizativa.

El “laboratorio político” que los kurdos llevan adelante en el norte de Siria profundizó los temores de varios sectores. El EI busca destruir a las fuerzas guerrilleras del PKK porque entiende que su islamismo ortodoxo y prehistórico choca de forma directa con el confederalismo democrático, antítesis de la ideología del Estado Islámico.

Estados Unidos sigue empecinado en derrocar al gobierno sirio del presidente Bashar Al Assad, y a su vez observa con preocupación el desarrollo creciente de las fuerzas del PKK. Más aún cuando la insurgencia kurda no busca la creación de un nuevo Estado (algo estipulado en la Constitución recién creada, en la que se indica que se respetará plenamente la unidad territorial siria), sino que impulsa autonomías y formas de autogobierno.

Por su parte, el Estado turco teme -hoy más que nunca- el avance de las políticas del PKK, organización a la que ha combatido desde hace más de 30 años. Desde la asunción al poder de Recep Tayyip Erdogan, ahora presidente de Turquía, la política de represión contra el pueblo kurdo que habita territorio turco fue constante y sistemática. Los intentos de diálogos de paz impulsados por el PKK y la sociedad kurda fueron abortados una y otra vez desde la administración de Erdogan. El temor del gobierno turco ante la firmeza de la guerrilla kurda quedó en evidencia por su postura: discursivamente rechaza al Estado Islámico y a su vez traba los intentos de los kurdos de Turquía en cruzar la frontera con Siria para sumarse a la resistencia en Kobane.

Desde las YPG/YPJ, y desde el movimiento kurdo en general, se denunció en reiteradas ocasiones que el gobierno de Erdogan financia y arma al Estado Islámico. También advirtieron que el Estado turco protege el reclute de mercenarios y hasta puso a su disposición un hospital para atender a los terroristas heridos.

El rol que juega Turquía en la actual crisis en Medio Oriente fue puesto en evidencia por el primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, quien anunció que se había comunicado con el primer ministro turco, Ahmed Davutoglu, y le reclamó que su país no ataque al Partido de los Trabajadores de Kurdistán. “Turquía no debe dirigir más operaciones militares contra el PKK en Irak”, declaró Al Abadi. Ante el parlamento de su país, el premier aseveró que “el PKK está ahora combatiendo junto con nosotros contra las organizaciones terroristas. Le hemos dicho a Turquía que ellos deben cesar su actividad militar contra el PKK dentro de las fronteras de Irak, se lo he dicho al primer ministro turco en una llamada telefónica unos pocos días atrás”.

Si bien en el norte de Siria, especialmente en Kobane, el avance del Estado Islámico es bloqueado por las fuerzas guerrilleras, el situación sigue siendo crítica. En una reciente entrevista, la co-presidente del Partido de la Unión Democrática (PYD, por sus siglas en kurdo), Asya Abdullah, expresó que, de manera urgente, Naciones Unidas debe abrir un corredor humanitario entre Kobane, Jazireh y Afrin. La titular del PYD, organización integrante del PKK, denunció que el Estado Islámico “sigue recibiendo suministros diarios de armamento y combatientes de lugares como Rakka, Tal Abyad, Ain Issa, Sarrin, Manbij, Jarabulus”.

Abdullah aclaró también que el EI argumenta “que el ataque a Kobane está en contra de los Estados Unidos y que todos deben unirse contra estos enemigos. De esta manera consiguen a los niños árabes y los hombres jóvenes que participan en el salvajismo. Muchas familias árabes están huyendo de esta tiranía para proteger a sus hijos”. La co-presidenta del PYD reiteró que el Estado Islámico es responsable de la destrucción y el robo en KObane, y manifestó que el “saqueo y la violación es el foco de la ideología” de la agrupación yihadista.

Al referirse al gobierno turco, Abdullah expresó que “por un lado Turquía dice que permitirá a los Peshmerga (milicia del gobierno kurdo de Irak) llegar a Kobane, mientras que en el otro se está librando una campaña de desprestigio contra el PYD y la realidad de Rojava. No consideramos que esto sea apropiado, ya que el PYD tiene un proyecto político concreto en el ambiente caótico de Siria, y tiene un propósito claro. Esta campaña de desprestigio no servirá ni a la situación en Kobane ni a las políticas turcas. Todo el mundo sabe lo que está bien y lo qué está mal en Kobane, que está atacando y que está resistiendo. Y que permitir el acceso de los Peshmerga no es lo mismo que la demanda de la gente de Kobane para un corredor. Nadie ha hecho una petición oficial al cantón de Kobane o el YPG/YPJ. Si alguien quiere venir aquí estos son los órganos políticos y militares para que les expliquemos nuestras demandas”.


Sin dudas, las riquezas naturales del norte de Siria (petróleo, gas y agua dulce) son un botín preciado por Estados Unidos y sus aliados. Al mismo tiempo, la Casa Blanca junto a Turquía y las monarquías del Golfo Pérsico, no dejan de redoblar sus esfuerzos para derrocar al último gobierno que levanta las banderas del nacionalismo árabe, como es el caso de la administración de Al Assad, más allá de los gruesos errores cometidos. Pero ahora, con el crecimiento del PKK y del movimiento de liberación kurdo se abre un nuevo panorama, en el cual se frena la restauración más conservadora en la región, basada en profundas políticas neoliberales (Turquía y las monarquías del Golfo son el ejemplo) y en la imposición de un Islam funcional a esas políticas. Y los pueblos del norte de Siria, casi en la soledad absoluta, resisten ese modelo que se intenta implementar a sangre y fuego, y del que el Estado Islámico es la cabeza visible.

(Publicado en www.resumenlatinoamericano.org y www.marcha.org.ar - 24 de octubre de 2014)

Relato de una brigadista argentina en la resistencia kurda


La ciudad de Suruç, ubicada en la provincia kurda de Sanliurfa y a pocos kilómetros de la frontera con el Kurdistán sirio, es uno de los puntos en los que miles de refugiados sobreviven tras los ataques y masacres cometidas por el Estado Islámico (EI).

Aunque Suruç se encuentra en territorio turco, su población es de mayoría kurda y esa tierra, según sus habitantes, pertenece a un país que no existe por capricho de las grandes potencias europeas que dividieron a Medio Oriente luego de la Primera Guerra Mundial.

El pueblo kurdo sigue expectante a lo que sucede en Kobane, del otro lado de la frontera, localidad que es defendida desde hace más de dos meses por las fuerzas guerrilleras YPG y YPG, ligadas al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Y este seguimiento de los combates en Kobane es algo literal, porque los edificios y casas de esa ciudad se pueden observar nítidos desde Suruç, salvo cuando las bombas comienzan a explotar y una polvareda color tierra se levanta furiosa desde el suelo.


Ahora Suruç se ha convertido en refugio para unas 60 mil personas desplazadas y por eso está desbordada y con urgentes necesidades humanitarias. En esa ciudad se encuentra Claudia García, médica argentina en hemoterapia. Militante de Convergencia Socialista (CS), García pasa los días realizando tareas de asistencia a los refugiados. En diálogo con Marcha y Resumen Latinoamericano, la médica argentina contó que en Suruç, localidad rodeada por grandes sembradíos y de carácter campesina, hay "hay alrededor de 60 mil desplazados, distribuidos en varios campos, aldeas y también en casas particulares". Pese la crítica situación, señaló que "el ánimo de la gente, en general, es optimista y tienen confianza en que podrán volver a su tierra".

Pero en su relato también se palpa la realidad más cruda y que afecta tanto a los kurdos de Suruç como a sus compatriotas desplazados desde el norte de Siria. "La situación es difícil –explica-, hay muchas necesidades y empezaron los primeros fríos del invierno que serán muy crudos". García agrega que las necesidades más urgentes en la ciudad "son las de alimento, ropa de invierno, calzado y frazadas", no sólo por el invierno que se avecina sino "porque la mayoría de las personas han tenido que abandonar sus casas y refugiarse prácticamente con lo puesto".

Si bien en Suruç no existe la presencia del EI, García advierte que el Ejército turco mantiene desplegado un destacamento como también soldados en la frontera con Kobane con el objetivo de "impedir el paso de las personas que quieren cruzar" a defender esa ciudad. Lo dicho por la médica argentina no es una novedad, ya que se han conocido diferentes denuncias y artículos periodísticos en los que se apunta al gobierno del presidente turco Recep Tayyip Erdogan de facilitar armamento y logística a los mercenarios del EI para que crucen hacia Kobane, mientras bloquea la frontera para que los pobladores kurdos no se sumen a la resistencia guerrillera.


La resistencia

García llegó a la frontera con Kobane el pasado 5 de diciembre desde Amet, capital de Kurdistán y principal ciudad del sureste de Turquía. Luego de atravesar retenes militares y controles varios, puso manos a la obra para asistir a los refugiados y convertirse en testigo presencial de un panorama político particular para Medio Oriente: la búsqueda del pueblo kurdo para afianzar una revolución que comenzó hace dos años en medio de la crisis siria, con características inéditas en la región, en un proceso que intenta democratizar el norte de Siria incluyendo a otras nacionalidades que habitan la vasta zona.

Pese a que en la actualidad las noticias sobre este tema se reducen a cuántos bombardeos se efectuaron o cuántos mercenarios del EI fueron abatidos, en Kobane existe un pueblo que se niega a huir y abandonar su tierra.


En una carta que difundió semanas atrás, la médica argentina rescata una característica del pueblo kurdo silenciada por el sonido de las bombas y el tableteo de las ametralladoras, pero que los acompaña en todo momento. García narró que estando en un poblado fronterizo, hombres y mujeres kurdas bailaban y entonaban canciones alusivas a su lucha y resistencia. Cuando las ráfagas de ametralladora se escucharon, acompañadas por las explosiones de las bombas, esos hombres y mujeres continuaron vivando a sus mártires. Y en esa carta, García recordó lo que un kurdo le dijo para ejemplificar lo profundo de su pueblo: "Un kurdo pelea solo contra el viento en la montaña, dos kurdos discuten de política y pelean entre ambos; mientras tanto, tres kurdos bailan".

Según las noticias que llegan a Suruç, "el 80% del territorio de Kobane está controlado por las YPG-YPJ", indica la integrante de CS, quien acota que esa cifra significa "que después del último intento de ofensiva del EI, iniciado el pasado 29 de noviembre desde territorio turco, el ataque de los mercenarios armados por el imperialismo fue repelido y retrocedieron en el terreno que habían avanzado". Igualmente, García aclaró que los ataques del Estado Islámico junto a los bombardeos de la coalición internacional, encabezada por Estados Unidos, convirtieron a Kobane "en una ciudad que está prácticamente destruida".


Aunque la situación de la población de Kobane es crítica, la médica afirma que "para las kurdas y los kurdos, el valor y la capacidad de las YPG-YPJ para defender la ciudad es indiscutible". En sus charlas con refugiados, dice García, "el reconocimiento hacia la guerrilla es permanente". En particular, la admiración es mayor hacia las mujeres guerrilleras que en estos meses han marcado la diferencia en la defensa de la ciudad y en los combates contra el EI.


"En cuanto a mi apreciación acerca del desempeño de las mujeres, puedo decir habiendo estado en Cinar, Cizre y ahora en Suruç, se destacan por su participación activa y ocupando roles de responsabilidad más que los hombres, tanto en la organización de la ayuda a los y las habitantes de Kobane como en las múltiples actividades que se deben realizar para sostener la lucha y la moral del pueblo kurdo".

(Publicado en www.resumenlatinoamericano.org y www,marcha.org.ar - 17 de diciembre de 2014)

Alfaro Vive Carajo: La guerrilla que conmocionó a Ecuador


El operativo fue rápido y preciso. El grupo de militantes ingresó al Museo Municipal de Guayaquil, redujeron con facilidad al personal de seguridad y robaron las espadas de los próceres Eloy Alfaro y Pedro José Montero. Era el 11 de agosto de 1983. Antes de su retirada, los atacantes dejaron una pila de panfletos en los que se presentaban: “Los alfaristas desenvainamos estas espadas para iniciar y vigilar la larga lucha popular por alcanzar un Ecuador libre y soberano”. Al pie de los panfletos, la firma daba comienzo a un nuevo capítulo en la historia de Ecuador: “Montoneros Alfaristas juramos vencer. Alfaro Vive Carajo”.

Unos meses antes, en la ciudad costeña de Esmeralda, jóvenes estudiantes en su mayoría fundaban una organización armada que estremecería al país. Aunque su nombre original fue Fuerzas Armadas Populares Eloy Alfaro (FAPEA), las crónicas rojas de la época se encargaron de denominarlos Alfaro Vive Carajo (AVC), nombre que cruzaría a Ecuador por varios años.

Pablo Proaño y Susana Cajas, ex combatientes de la organización, dialogaron con Resumen Latinoamericano en Quito. Con sus palabras rememoraron la trayectoria de una agrupación que nació durante una década en que la experiencia insurgente, en algunos puntos del continente, ya se encontraba extinta. Con una fuerte influencia del M-19 colombiano y la naciente Revolución Sandinista en Nicaragua, AVC se conformó con jóvenes estudiantes que venían de luchas profundas contra los planes gubernamentales, aplicados bajo el monitoreo de Estados Unidos y de instituciones financieras internacionales. Liderados por Arturo Jarrín, AVC tuvo una corta pero intensa existencia, y su impacto llevó al gobierno de León Febres Cordero (1984-1988) a desplegar un sistema represivo que incluyó la creación de escuadrones de la muerte, y la tortura y los asesinatos como métodos de exterminio.

Durante su historia, AVC mantuvo los tres pilares que conformaban su lucha: democracia auténtica, justicia social y una economía nacional independiente. Y en ese lapso de tiempo, nunca dejaron de realizar “recuperaciones” en bancos, liberación de prisioneros y acciones que quedaron marcadas en la población. Uno de esos hechos emblemáticos fue el robo de armas de la bodega de la Policía Nacional, ubicada en Quito. Siete guerrilleros vestidos de policías ingresaron y redujeron a cinco guardias, cortaron las líneas telefónicas y, tras cuarenta y cinco minutos de operativo, abandonaron el cuartel con 631 revólveres calibre 38, 40 carabinas y varias cajas de balas.

En este recorrido, Proaño y Cajas hablarán sobre la conformación de la insurgencia, su ideología y la concepción del marxismo que desarrollaban. También recordarán la figura de Arturo Jarrín, el líder máximo de AVC, quien fue secuestrado en Panamá en 1991 por la inteligencia de ese país. Jarrín aparecería asesinado en Quito el 24 de octubre de ese año, con varios impactos de bala y evidencias de torturas.

Influencias y fundación

Pablo Proaño (PP): Todo surge en la lucha de los finales de los 70 con la dictadura militar. Muchos grupos de jóvenes nos fuimos radicalizando y veíamos que la lucha armada era una salida. Teníamos el ejemplo de Nicaragua que estaba próxima a derrocar a Somoza. Existimos y fuimos parte de organizaciones muy pequeñas y diversas de todo el país, y la nuestra era una de ellas. Años después se conformaría este conglomerado denominado Fuerzas Armadas Populares Eloy Alfaro (FAPEA). Eso terminó con el nombre Alfaro Vive Carajo porque la prensa bautizó así a la organización.

Susana Cajas (SC): Se leyó mucho a la revolución nicaragüense, toda su propuesta política, la poesía, la literatura de la revolución nicaragüense fue bien importante. Estuvieron Cuba y el M-19 como influencias importantes. Aquí participábamos de las brigadas César Augusto Sandino y Farabundo Martí. Esos fueron hechos históricos bien importantes para definir nuestra participación política.

PP: Era un grupo focalizado pero que nos constituimos con una estructura jerárquica, con división del trabajo tanto en lo político-poblacional, como en lo militar. Estamos hablando de los inicios de los años 80 y para 1983 sale a la luz pública la organización. Fue la sumatoria de 12 o 13 organizaciones pequeñas, entonces la vinculación fue desde antes. Muy cercana a nuestra realidad estaba la experiencia colombiana, el M-19 principalmente, que era una ruptura con las formas tradicionales de llevar adelante la lucha, como tenían las Farc y el ELN que venían de posiciones políticas mucho más doctrinarias y ortodoxas.


Marxismo latinoamericano

SC: Era una organización muy democrática y soberana, que se adelantó mucho a la propuesta que hoy está planteando la Revolución Ciudadana. AVC fue una ruptura ideológica y de construcción latinoamericana, porque en ese momento ya teníamos mucha discusión sobre pensar que el marxismo no era todo lo que resolvía en Latinoamerica. Para nosotros el marxismo tiene unos postulados, unas propuestas muy importantes en muchos aspectos, pero era para un momento y una región. Pensábamos que en América Latina, la dictadura del proletariado no debía construirse, porque la clase proletaria nunca tuvo la fuerza que tuvo en los países industrializados. Los obreros de este país se fueron convirtiendo en una clase con privilegios, que tenían contratos colectivos, los puestos asegurados e ingresos fijos, mientras que había una maza impresionante de desempleados o de empleados informales, de pobladores, jóvenes y mujeres, que no estaban incluidos en este sujeto histórico. Entonces planteamos que el sujeto histórico no puede ser el obrero y el campesino. Sí deben estar, pero no deben ser los únicos como lo plantea el marxismo con los obreros y los campesinos siendo la vanguardia de esta revolución. Esa es una parte ideológica importante, entonces planteamos la democracia en armas.

PP: Había varias corrientes: el socialismo revolucionario, marxistas ortodoxos, algunos trotskistas. Básicamente lo que se trató de delinear y crear fue una izquierda nacionalista, una forma que logre contentar a todos, cosa que no ocurrió. Incluso hubo cuadros del Partido Comunista que fortalecieron las filas. O que la veta más importante, que fue la de Fausto Basante, salió del MIR, la izquierda revolucionaria que venía con una concepción guevarista que se formó a finales de los 60.

La organización

PP: En lo ideológico, en lo político y en lo simbólico logramos consolidar, sumado a la dirección de Arturo Jarrín, el acercamiento con importantes líderes del pensamiento. Intelectuales muy vigentes y escritores retomaron el tema alfarista como algo vivo. Eso le dio un sustento muy fuerte a la organización. Hubo un renacer de la música, de la literatura, de la poesía, de un incipiente cine que en nuestro país siempre fue marginal. Todas las manifestaciones de la cultura nos dieron el bagaje ideológico y simbólico que necesitábamos, y para la época fue un avance.

SC: Nuestra influencia fue más en la juventud. Con los obreros y campesinos no hubo una participación muy importante, aunque sí de una manera más individual. No es que se involucraron en el proceso como una organización o una clase, inclusive hubo discusiones con dirigentes sindicales con los cuales se proponían cosas. Ninguno de esos dirigentes estuvo dispuesto a apoyar públicamente, porque eso era o su muerte o su encarcelamiento, teniendo en cuenta el régimen de represión que estableció Febres Cordero.

PP: Hubo una fuerte presencia en sectores medios, estudiantiles y poblacionales, como barrios marginales. Se construyó una base campesina muy pequeña y muy pocos obreros. Nuestra clase obrera en ese entonces simpatizaba con la lucha, pero no podemos hablar que existían cuadros netamente nuestros, pero sí importantes dirigentes se plegaron a la lucha.

SC: Cuando hacíamos las asambleas, participaban unas doscientas personas. Se supone que cada uno era representante y detrás nuestro había algún grupo. Creo que hay que hablar una militancia de unas trescientas personas, pero hay que sumarle la gente que te apoyaba. Esos trescientos éramos combatientes que estábamos en un comando militar. Yo podía tener unas diez personas que me apoyaban, pero no necesariamente los ponía en conocimiento de la organización. Combatientes seríamos unos trescientos, pero con la gente que colaboraba serían unas dos mil personas.

PP: Un estudio de la época realizado por El Pentágono nos adjudicaba dos mil militantes. Entre cuadros políticos y militares teníamos aproximadamente ese número de gente dedicada a la organización.


Las acciones

SC: AVC aparece con unos operativos espectaculares. La idea era ir posicionándose  a través de proclamas públicamente y toda la propuesta política. La única manera de hacerlo era a través de estos operativos que sacudan a la sociedad y que se conozca, porque desde el inicio los medios de comunicación bloquearon toda posibilidad de que nuestro proyecto político pueda difundirse y le hicieron totalmente el juego a la derecha para que el estigma de delincuentes y terroristas se generalice.

PP: Es una acción impresionante porque se consigue cerca del penal García Moreno (en Quito) un local donde se pone un negocio falso de ventas de papas. Era atendido por dos compañeras, se compraban las papas afuera y se las revendía, incluso a un precio inferior al que se las compraba. Salían los camiones con supuestas papas, pero iban cargados con la tierra que se extraía del túnel que se estaba construyendo hacia el penal. Llegado el momento de la fuga, varios compañeros salieron mientras hacían ejercicios matinales. Fue una acción propagandística impresionante, porque el máximo dirigente salió libre. Incluso un compañero que llevaba cuatro o cinco días detenido también salió por el túnel. Eso fue afrenta al régimen de Febres-Cordero, un régimen de extrema derecha que sintió la carcajada de la gente. Esas cosas son las que fueron dándole fortaleza a la organización.

SC: Había gente que decía que éramos una organización que peleaba por el pueblo, y otros decían que éramos delincuentes porque existían esa imagen y ese mensaje tan fuerte de la oligarquía y de los medios de comunicación. Las reacciones por los operativos eran encontradas. Había un apoyo oculto, porque el terror que implantó Febres Cordero hacía que las personas tuvieran terror en manifestarse simpatizantes. Creo que sí había mucho cariño, a pesar de todo se fue generando un reconocimiento a esta decisión política y compromiso con el pueblo.

PP: Recuperamos la espada de Eloy Alfaro y recuperar ese símbolo sirvió para aglutinar a varios sectores. Igual el busto de Alfaro, que lo tenía el Partido Liberal, que si bien fue un partido fundado por Eloy Alfaro, cayó en manos de la oligarquía y fue usado como un trapo. Esos actos simbólicos generaron expectativas. Las acciones más espectaculares fueron la fuga, la recuperación de El Rastrillo de la policía, que fueron miles de armas que la policía guardaba. Eso fue en el año 85. Esa acción la hizo un comando especializado. Otro golpe espectacular fue la toma del diario “Hoy”. Se sometió a los empleados del rotativo y se garantizó la distribución por todo el país del periódico con las proclamas de la organización. Eso fue finales del 84 o inicios del 85. Esas fueron las acciones más emblemáticas.

Reforma o poder

PP: En ese sentido hay discrepancias con un sector de la organización que ahora dice públicamente que queríamos solamente concientizar. No es así. Creo que a muchos nos movió la idea de la toma del poder. Eso nos llevó a hacer tantas cosas, incluso las locuras que ubicamos como cosas de juventud pero fueron acciones muy arriesgada, y a veces muy descabelladas si las pensamos desde el punto de vista militar y estratégico, que nos llevaron a muchos sacrificios y la vida de muchos compañeros.

SC: Peleábamos para tomar el poder y construir un nuevo Estado y una nueva nación. Hablábamos de una patria soberana, de construir la gran patria latinoamericana con justicia social e independencia económica.


Una figura emblemática

SC: Arturo era un líder de consenso y lo logró con algunos grupos. Con aquellos que no logró consensuar, pudo mantener las relaciones políticas y mantener un proceso que podía concluir en una unidad. Ese me parece uno de sus roles importantes. También era un visionario, una persona muy estudiosa de la historia y la economía. Y con una capacidad de acción impresionante, no había nada que dejara para mañana. Tenía esas cualidades: un liderazgo muy innato, una comprensión muy buena del país y una capacidad de acción increíble. Y una persona sumamente sencilla. Con él, sentías que eras tomado en cuenta, a pesar de estar en un espacio con mucha gente, pero sentías que se acordaba de ti.

PP: Arturo Jarrín fue la figura más emblemática. Si bien muchos compañeros anónimos construimos la organización desde muchos lugares, él tenía una capacidad organizativa muy grande, mucha habilidad y una visión estratégica que muy pocos lo tenían en ese momento. Algunos compañeros, con sus mezquindades y visiones muy inmediatistas, no veían la profundidad que planteaba en ese momento Arturo Jarrín.

SC: Cuando Arturo muere aparecen muchos comandantes que quieren dirigir. Desde la cárcel intentamos cohesionar nuevamente pero era muy difícil. Creo que al final Arturo se quedó solo, ya no tenía quién lo proteja, pero seguía. Arturo era una persona de un ímpetu indetenible.

PP: Él venía de la izquierda cristiana, con una formación marxista, una militancia y un trabajo en sectores poblacionales. Hizo también un trabajo campesino importante en la costa. Tuvo muy buena relación con Muammar Al Gaddafi, tanto es así que en 1989 Gaddafi le hizo un homenaje post-morten por lo cual viajó su madre a recibir los honores.

Después de la insurgencia

PP: Haber vivido esa época es lo mejor que me pudo haber sucedido, porque a muchos nos permitió formarnos como militantes, tener una visión mucho más grande y haberlo intentado. Eso nos da la autoridad moral para seguir luchando desde los espacios que se han abierto. El gobierno de Rafael Correa tiene espacios muy importantes para la construcción de un nuevo país. Todavía falta mucho para hacer en el tema organizativo que es donde nosotros nos especializamos todo este tiempo.

SC: Había un discurso de la izquierda muy radical, muy rojo y revolucionario pero que quedaba en eso. La organización tuvo como principio: “Lo que dices, lo haces”. Debía haber absoluta coherencia entre lo que decíamos y hacíamos. Haber planteado un proyecto auténtico fue importante, recuperar toda la lucha alfarista y plantear lo que denominábamos un alfarismo machetero. El Alfaro que siempre estuvo reivindicado por los partidos liberales era el Alfaro de los museos, que estaba en la estatua, con sus espadas en la urna. Logramos recuperar la figura de Alfaro como un revolucionario que cambió la historia del país y que después la oligarquía lo asesinó.

PP: Todavía quedan voces de esa derecha trasnochada que nos trata con desprecio. Creo que el común de la gente sabe que nuestra experiencia es la que ha ido formando a los líderes en la actualidad. Podemos ver que varios dirigentes están en el poder, como en El Salvador, Nicaragua, la presidenta de Brasil viene de una experiencia armada, Bachelet también viene de ahí y los más emblemáticos: el vicepresidente boliviano y el presidente de Uruguay. Esto nos da la idea que esa izquierda dura y radical, hoy tiene que ser intransigente con ciertos sectores que siguen siendo los enemigos del desarrollo, pero con las herramientas que nos ofrece el sistema democrático.

SC: Lo que fue nuestra fuerza también fue nuestra debilidad. Recuerdo que Arturo nos decía: “Aquí las cosas se aprenden en lo caliente”. Fuimos una organización joven que no dimensionó a lo que estaba dispuesta la oligarquía por anular cualquier intento de desestabilización. No dimensionamos el tamaño del aparato represivo que ellos implementaron. Y seguimos hasta que llegó un momento en que nos masacraron. Treinta años después AVC sigue estando vigente. Cuando yo hago declaraciones públicas en las radios, llaman por teléfono y la gente recuerda. Hay una generación que no sabe, con la que hay que hacer todo un proceso de memoria histórica. Hay pocos casos en los que nos condenan, porque siempre se solidarizan y repudian lo de Febres Cordero.

(Publicado en www.resumenlatinoamericano.org - noviembre 2014)